por la carretera

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Instagram: @alexandersorel

sábado, 19 de julio de 2014

Cultura y educación

"A los habitantes hay que cazarlos para poder hablar con ellos pues son como animalitos"
-Ché Guevara, Diario en Bolivia.

Camino a Potosí paramos en Millares, un pequeño caserío junto a la carretera. Nos bajamos de las bicicletas y entro a un local a preguntar por alojamiento. Cuando salgo, Catalina está rodeada de niños. Venían recién saliendo del colegio y nada más llamativo que un par de gringos en bicicleta, sobretodo si "no son TAN gringos: hablan español, aunque no quechua". Nos quedamos un rato conversando, no son tímidos y tienen muchas preguntas. Nos enseñan a saludar en quechua (imainalla kasanqui: ¿cómo estás?). -¡El camión!"- uno grita, y todos salen corriendo, se suben en la parte de atrás de un camión de carga que para en la carretera y desaparecen tras la colina.

Entramos al alojamiento y somos atendidos por dos niñas. Nos atienden tímidamente y se ríen mirando el suelo. Es difícil comunicarse con ellas: les cuesta entender las preguntas y sus respuestas son vagas, emitidas con un tono de duda. Roberta (14) camina arrastrando los pies y de mala gana limpia las mesas del restaurant. Se ve enojada.

-¿Cómo estás?- le pregunto.
- Mal.
-¿Por qué- Se encoge de hombros y se va.

Se sienta con Jovana (15) a pelar papas. Me siento junto a ellas. La comunicación es difícil, hablan muy poco español. -¡Enséñame algo!- Me pide que les enseñe palabras en chileno. Les explico que hablamos español. Saco un mapa y les muestro dónde queda Chile, cuya existencia desconocían. Me preguntan cómo se dice tal o cuál cosa en Chile. "Igual, hablamos español, castellano, igual que ustedes" Me miran entre divertidas y confusas. Se levantan, una a cocinar, la otra a limpiar. No tienen jornada de trabajo: comienza cuando se levantan, termina cuando se acuestan.

Voy a comprarme una "hamburguesa de cholita" (carne, tomate, cebolla, ají, mayonesa, papas fritas). Pido dos, una sin carne. -¿Sin carne?- Sí -¿Con salchicha? -No, sin carne- ¿Huevo?- No, igual que la otra, con tomate, cebolla, papas, etcétera, pero sin la carne, sin la hamburguesa. La niña me entrega una hamburguesa y un cono de papas fritas con tomate, cebolla, mayonesa y ají.

Comunicarse no es fácil. Se que hay diferencias culturales, pero es como su hubiera algo más, una lógica distinta (temo decir disfuncional)... Algo que va más allá del lenguaje y las diferencias idiomáticas. Algo sucede -o no sucede- con la educación.

Me siento diez minutos en la banca de una plaza y se acercan al menos tres niños a lustrarme los zapatos, insistiendo en que mis zapatillas de lona igual pueden ser lustradas.

En un pueblo que pasamos una noche, nos quedamos junto al colegio. Los niños estaban de vacaciones hace un par de días. Recorro las salas. Desordenadas, sucias. El patio repleto de envases de papas fritas, jugos y yogurt. Cuando nos fuimos en la mañana preguntamos a unos niños dónde dejar nuestra bolsa de basura -Déjenla ahí detrás de los árboles, no pasa nada-.








2 comentarios:

  1. Legalizan trabajo infantil en Bolivia:

    http://www.jornadanet.com/n.php?a=106195-1

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  2. Que' bueno es leerte y saber de tus pedaleos! El continuo contraste de realidades seguro que obliga a replantearse la postura del paseante (turista o espectador?) No creo que los ninos, primeras victimas del sistema esclavista y arrogante, puedan salvarse con ninguna otra herramienta que no sea la educacion. Conocer el mundo a traves de personas como ustedes sera una pequena huella que podran ir dejando. Gracias, porque siento que con ustedes viaja tambien la dignidad que el fotografo de domingo le arrebata a cada nino pobre o indigena, a cada familia que abre su casa y termina atrapada en el lente, sin ser conocida ni apreciada.
    Espero seguir leyendo tus pedaleos. Animo, fuerza y mucha reflexion en el camino.
    Nos faltara' vida para conversar sobre esto.
    Un abrazo fuerte para cada uno.

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