por la carretera

por la carretera
Instagram: @alexandersorel

miércoles, 25 de marzo de 2015

Pensamiento de Caracol


"(...) de madrugada
con el rocío brillando al sol
amanecí por la carretera
con pensamiento de caracol"

-"Pensamiento de Caracol",   Gustavo Pena


Cuando por la mañana preparo la bicicleta, sé que se viene algo nuevo...


-¡Voh dale, pedalea!-

martes, 17 de marzo de 2015

A Machu Picchu en bicicleta

Son muchos los que, en algún momento de su vida, se embarcan en la peregrinación a Machu Picchu. Yo lo hice hace varios años. Muchos buses y trenes, fotos, toures. Ahora lo hice a un ritmo distinto. Y realmente, creo que vale mucho la pena tomarse ese tiempo. Intente bajarse del motor, y en vez de conocer el Valle Sagrado en 2 días, hacerlo en 2 semanas. No se arrepentirá.

Tramo 1: Cusco- Chinchero
Tiempo pedaleado: 4:09
Distancia: 43 k
Velocidad promedio: 10 k/h
Hora de salida: 9:50
Hora de llegada: 16:30

La salida de Cusco es una gran pero hermosa subida hacia Chinchero. No solo hay que salir del Cusco mismo, que es una tremenda cuesta, sino además pedalear pura subida por el Valle Sagrado. No obstante, el esfuerzo se compensa con las hermosas vistas, y la pendiente es más que cómoda.

Al llegar preguntamos en la municipalidad y pusimos las carpas en el recinto donde se pone la feria los domingos, cuyos techos nos protegieron de la fuerte lluvia nocturna.

Acá hay unas ruinas bastante bonitas a las que, si no quieres pagar el ticket, puedes mirar desde el cerro de enfrente.


Tramo 2: Chinchero- Urubamba
Tiempo pedaleado: 1:32
Distancia: 30.5 k
Velocidad promedio: 20 k/h
Hora de salida: 12:00
Hora de llegada: 16:30 (aprox.)

Tras la cuesta a la salida de Chinchero, nos sumergimos en el Valle Sagrado entrando en un precioso descenso que de fondo tiene un grandioso nevado. Es un tramo corto y simple, pero en el que nos demoramos una hora y media más de lo esperado, luego de que un integrante del grupo pinchara la rueda trasera tres veces ¡En tres partes distintas, no fue un parche mal puesto!




La ciudad misma de Urubamba no tiene mucho que ofrecer. Los turistas pasan por allá pues está entre Moray, Salinas y Ollantaytambo.

Tramo 3: Urubamba- Ollantaytambo
Tiempo pedaleado: 1:34
Distancia: 19.5 k
Velocidad promedio: 12.5 k/h
Hora de salida: 12:00
Hora de llegada: 13:30


Nos deslizamos suavemente por el valle, en un camino plano, con algunas pequeñas subidas y bajadas que le dan algo de sabor al camino. Eso si, la entrada a Ollantaytambo es una subida de empedrado...

Este lugar es hermoso y tiene abundantes rutas de trekking hacia ruinas en las que no tienes que pagar entrada. Es como para quedarse al menos un par de días. Nos quedamos en el camping "Ollantaytambo", el del "Hacha", con muy buen onda.


La llegada, con la entrada a las ruinas de fondo, tapadas de turistas... en temporada baja

La caminata a Pumamarca es impagable, y tampoco se paga...

Tramo 4: Ollantaytambo- Camino al Abra de Málaga
Tiempo pedaleado: 3:07
Distancia: 24.4 k
Velocidad promedio: 7.7 k/h
Hora de salida: 11:30
Hora de llegada: ?



Subir, subir, subir...

Aquí empieza lo bueno. 45 kilómetros de subida donde se escalan de los 2 mil a los 4300 mts. Curva, curva y curva. Nos fuimos relajados y a los 25 kilómetros paramos en un pequeño oasis rutero. Un buen espacio, a unos metros de una curva, con un buen pastito para poner la carpa, el río que nos provee de agua y el bosque de abundantes ramas secas. Al atardecer la niebla nos llevó a Silent Hill.




Tramo 5: Camino al Abra de Málaga- Huyro
Tiempo pedaleado: 5:31
Distancia: 85 k
Velocidad promedio: 15 k/h
Hora de salida: 10:00
Hora de llegada: 18:00 aprox.


Pero éste fue el día difícil. Waaa, si fue de esos días para recordar. Partimos la subida con una leve lluvia que se fue intensificando poco a poco. A medida que subíamos se iba poniendo más y más frío. La vegetación fue desapareciendo poco a poco hasta dar paso a la inóspita montaña. Lluvia, frío y escalada.
Llegando a la cima, aprovechamos que escampó un poco para sacar una foto

 En la cima no se veía nada, todo era bruma. Y ahí la bajada en medio de una nube que a penas dejaba ver el borde del camino, que se caía a pedazos, como mordido por el abismo, mientras a lluvia nos golpeaba la cara con fuerza. De repente, se abren las nubes para mostrarnos el valle y la larga bajada que aún nos quedaba. Con el agua constante nos lanzamos en picada, atravezando los ríos  que bajaban de la montaña cortando el camino... ahí fue cuando me fallaron los frenos y tuve que apelar al viejo truco de la zapatilla en el neumátic para poder controlar la velocidad.

Tarde, casi al anochecer, llegamos a Huyro.

Tramo 6: Huyro- Santa Teresa
Tiempo pedaleado: 3:41
Distancia: 36 k
Velocidad promedio: 9.8 k/h
Hora de salida: 12:00
Hora de llegada: 18:30


El último tramo fue, por decirlo de alguna forma, inesperado. Estábamos a pocos kilómetros de Santa María, en camino asfaltado y rápido. Comenzamos bajando y el camino nos recibió con árboles tirando mangos y paltas a destajo. No quedó otra que llenar las alforjas con todo lo que pudimos, y luego mirar con deseo los miles de mangos tirados al lado del camino. Llegamos a Santa María y tomamos el desvío de tierra hacia Santa Teresa. La vía principal, pavimentada, lleva a Quillabamba.


Silvina en éxtasis de paltas regaladas por el camino

Y ahí empezó lo difícil. Y claro, mientras más difícil, más hermoso.

El camino de tierra comenzó subiendo y no paró nunca de subir (salvo una pendiente re zarpada al llegar a destino), cada kilómetro más angosto, alto y sorprendente. Un serpenteo imposible, atravezando caídas de agua, jugando con el precipicio y las rocas. Tengo que decir que es uno de los tramos que más me ha sorpendido. Saqué muchas fotos en la ruta, pero se perdieron cuando mi celular fue tragado -literalmente- por la Montaña Machu Picchu.


Literalmente, el agua cortando el camino

Bordeando la roca, por un angosto camino de tierra

 Una parada a comerse los mangos y las paltas antes de cruzar el río


Y bueno, la llegada a Santa Teresa se sintió excelente. Llegamos con los últimos destellos del atardecer y nos quedamos en un hostal muy agradable: sin lujos, muy humilde, casi precario, pero muy lindo y tremendamente acogedor ¡No puedo dejar de recomendar a Yolanda y el hostal Koriinti! jaja. Allí dejamos el equipaje y las bicicletas.

Luego de Santa Teresa a Machu Picchu fueron unas 5 horas y media caminando: 2 y media hasta Termoeléctrica (también hay buses) y 2 más de ahí a Aguas Calientes o "Machu Picchu Pueblo" (solo hay tren).

En fin. Creo que si planean ir a Machu Picchu, la mejor opción es pensar en tomarse un par de semanas y pedalear de Cusco a Santa Teresa. Ni si quiera es necesario llevar muchas cosas. Pueden ahorrarse el equipo de camping y que los hostales no son muy caros.

Acá una de las fotitos que saqué de la mina de oro del Perú


-¡Voh dale, pedaléa!-

domingo, 8 de marzo de 2015

Gringo

No puede dejar de irritarme que me traten de "gringo". Y claro, uno va tranquilo en la bicicleta cuando escucha un grito de -¡Gringo!- ... ¿Qué pasa? ¿Cuál es el afán? No hay mensaje en esa weá. No te dicen nada, solo te gritan eso. ¿Qué importa? Puede uno pensar. Pero me molesta. Primero que todo porque odio que me identifiquen con un "green-go", aunque en realidad dudo que quienes gritan sepan qué significa "green go". Lo dicen genéricamente, a cualquiera, no solo al estadounidense. Aunque a veces me preguntan:-¿americano?- ¡Claro que soy americano, igual que tú! Y es que ni siquiera ya los sudamericanos tenemos la conciencia de que también somos americanos. Los green-gos llegaron, conquistaron y se quedaron. No están aquí, pero desde allá manejan todo acá.

Pero lo que me molesta no es eso. Es la forma en que lo dicen. Aunque de cierta forma entiendo el por qué lo dicen de "esa" forma, con ese grito despreciativo. Y es que hay rabia detrás. Y claro "¡Verde, vete!", (¡Milico culiao!) es, por definición, una no-bienvenida.

Lo entiendo. Y por eso odio que me griten gringo. -No soy gringo- les digo,-somos vecinos-.

Pero ¿Qué tan vecinos seremos? ¿A quién soy más parecido? ¿A un norteamericano, a un boliviano o a un peruano? Lo triste, es que al compararme con un peruano de la sierra, del campo, de esos pueblos por los que paso en bici y me gritan... claro, soy mucho más parecido a un gringo. Ahí, soy gringo.

Edgar y su Quechua-bike. 
Le dicen "el gringo" en Bolivia. Es Boliviano, de pueblo. Es Quechua. 
Aunque vivió mucho tiempo en "Los Estados" como él les dice. 
Le da lo mismo que le digan gringo. Es más, como que disfruta que se lo digan, 
para decir que no lo es y dar un par de insultos en quechua a su atónito interlocutor.

sábado, 7 de marzo de 2015

De un citadino y su descubrimiento de las noches sin luz eléctrica

Y entonces descubrir la luna
Y saber que alumbra
Y que crece
Y que hay cosas que crecen con ella

Y aprender

Y que son cosas que sabía, así racionalmente. Pero vivirlo y darse cuenta sin pensarlo, sino que dejarse guiar por ello... es OTRA weá.


-¡Voh dale, pedaléa!-