por la carretera

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viernes, 30 de enero de 2015

Primera falla técnica de la bicicleta

Luego de casi nueve meses de viaje y 4500 kilómetros de pedaleo, surgió la primera falla técnica de la bicicleta. Aquí como pasó y cómo se solucionó.

Venía bajando el Abra de Málaga, en el camino desde Ollantaytambo a Santa María. Un descenso de los 4300 a los 1100 metros. Época de lluvia, así que ésta nos golpeaba con todo. Un inclinado serpenteo por la espesura, resbalando en el pavimento mojado y atravesando los afluentes y cascadas que cruzaban por sobre la ruta. 

Subiendo a la cima, muerto de frío. Ascenso de los 2 mil a los 4 mil 300 en 40 kilómetros.

Voy en eso cuando siento que el freno de atrás ya no ejerce presión. Con dificultad me detengo y ajusto las pastillas. A los pocos minutos el mismo problema. Me detengo. Las pastillas no se han movido, así que apreto la piola solo para darme cuenta que el perno que cumple esa función está rodado: por eso se soltaba. 

Estoy sin freno trasero montando una bicicleta con 60 kilos de equipaje, más mi peso, y aún faltan unos 2 mil metros de descenso en medio de la niebla, lluvia, y atravesando ríos... Me confío en el ajuste del freno delantero y apelo al viejo truco de asistencia al frenado: zapatilla en la rueda.

Massan estaría orgulloso de mi. De algo sirvió practicar frenado de emergencia andando en fijo.

Llegué al siguiente poblado sin problemas, pero con media zapatilla menos. Ahora venía el momento de solucionar. Cuando armamos las bicicletas, a Lucio se le perdió el perno que sujeta la piola del freno trasero. Buscó otra de la misma medida y la puso en su lugar. Ignoro si fue la suerte o la compatibilidad (era unos 5 milímetros más corta que la original), pero ese fue el perno que se rodó; peor aún: se rodó el hilo del orificio donde va el perno.

El perno de la discordia

Sumergido en Huyro, un pequeño pueblo en la ceja de selva peruana, me puse a buscar una ferretería que tuviera un perno como el que necesitaba. No había. En opinión del ferretero-bicicletero del pueblo, como el hilo interior estaba rodado, la solución era meterle un perno con un hilo más grueso y redibujarlo a la fuerza. Me senté unos minutos a pensar qué hacer antes de entrar a picar... en eso, y entre las conversaciones con los pueblerinos -no era un lugar donde solían parar turistas- apareció un vecino que, buscando entre sus cachivaches, encontró un perno como el que necesitaba. La cruz estaba media gastada, pero el hilo estaba lo suficientemente aceptable y era del largo necesario. Con mucho cuidado introduje el perno, apreté y ya tenía freno trasero nuevamente. 

El freno con el perno salvador

Ahora hay que ver si el parche dura hasta que encuentre una ferretería o un lugar donde comprar otro freno.

Datos técnicos de freno
Tipo: Cantilever
Marca: Alhonga
Material: Aluminio
Duración: 13 meses/ 6 mil kilómetros aprox.

-¡Voh dale, pedaléa!-

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