por la carretera

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viernes, 14 de noviembre de 2014

La Foto (y el pudor)

Como retroceder a épocas originarias, ancestrales. Ese culto ritual que me parece tan extraño, tan de los libros de Historia... o mitología. El tío de la mina y los mineros ofreciendo coca y tabaco al diablo; la adoración -y el temor- a las imágenes. Mejor no aparecer en fotos. La imagen se puede volver en tu contra, cual vodoo.

Llegamos a este pueblo tras dos días de escalada. Como bichos raros, como pintorescos marcianos, hordas de niños se acercan a observar nuestros casas de plástico y aluminio. Catalina prepara el café rodeada de una docena de pequeños. Saco la cámara para registrar el momento y los niños huyen de ella al momento. Pero la cámara es más rápida, ya es demasiado tarde para evitar la foto. "Mostrála", me dice una niña, y lo hago. "Ahora borrala". Lo hago.

Igual quedó una que no se borró por ahí

Conversamos mientras preparamos el campamento. Les pido una foto de recuerdo, pero se niegan. Les digo que se las mandaré, que la podrán ver en internet, pero no saben nada de mails ni de facebook. De entre ellos, Willy algo sabe: su nuevo celular tiene facebook. Le interesa la idea de, como él mismo me dice, "poder investigarse en internet". Willy y Fidel se ponen frente a La Poderosa (esa flaca en la foto) y el resto de los niños se aparta, casi asustados del atrevimiento de sus amigos.

La foto parece sacada de otra época, con esa mirada de no saber qué hacer frente al lente. Me gusta.

Gracias Fidel.
Gracias Willy: Espero que te encuentres en la red.

-¡Voh dale, pedaléa!-

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