Mientras sucedía eso, en el sentido contrato venían un camión y un bus (y nosotros)...
Me preguntaba por qué los bolivianos manejan como lo hacen. La teoría de Hutch -un gringo, mi anfitrión en Cochabamba- es el "fatalism": una suerte de resignación frente al destino.
Conversando con doña Pachi (dueña de un camping donde nos quedamos), ella me decía " me dicen que tenga cuidado, pero ¿para qué? Su tengo que morir va a suceder, no importa lo que haga ". La misma respuesta me daban los conductores moto-taxi, descansando en el "es la voluntad de Dios". Resignación, pasividad.
Los problemas no tienen solución, las conservas son divinas. El pobre se resigna a ser pobre y el poderoso se ríe. Me recuerda lo práctico de ciertas creencias religiosas para la clase dominante. Esquemas coloniales.
Bueno, tal vez es una extrapolación excesiva, pero la conclusión es la misma: nada ni nadie tiene la culpa de lo que sucede; nadie hace nada.
Hay causas. Hay consecuencias. Hay que comprenderlas y hacer algo con ello.
Por mi parte, seguiré pedaleando por la berma acá en Bolivia...
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